El Manolito era fortachón rayando en
regordete
Imprescindible en el pueblo
A veces ejercía de sacristán
Y todos los días de
“tonto del pueblo”
Le encantaba ir por delante de las procesiones
Y con silbato de guardia simular que
controlaba el tráfico.
La calle Mayor la solía recorrer varias veces
al día,
Simulando el trote del caballo y dándose palmaditas
en el trasero.
Solía babear, era lo más molesto, pero ya de
mayor algo más controlaba.
Y otras de sus aficiones era perseguir
sigilosamente a las parejas de novios por el parque a la espera de algún arrumaco.
Esta Navidad se puso muy pesado.
Toda
la semana y al trote por la calle mayor
Repitiendo la misma cantinela:
Dame el aguinaldo carita
de rosa
Que no tienes cara
de ser tan roñosa.
Si me lo das, y si me lo das
Que pases las
pascuas con felicidad.
Si no me lo das
Si no me lo das
Que se te caiga
encima
La campana gorda
de la Catedral.
Este domingo no tocaron las campanas
Para la misa de Doce.
Los primeros feligreses lo descubrieron.
El Párroco se balanceaba colgado del badajo
de la Campana Mayor.
El Manolito
Babeando más que nunca y
Dando vueltas sobre sí mismo como una peonza,
murmuraba:
…”Y no me quería dar aguinaldo….
Y no me quería dar aguinaldo”….
Como siempre Paco muy bueno.
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