Dejando claro que no
me gusta ser pobre tampoco me gusta que haya personas mucho mas pobres que yo.
Estamos en época de
anuncios de Solidaridades cómodas y sobre todo baratas. Se trata de que, cuando vayas al supermercado a comprar :
Yogurt y leches especiales de dietas de moda, pan sofisticado que no engorda y otras muchas chorradas que
te puedes costear, adquieras algún kilo de macarrones,
cereales o azúcar para donarlo a la ONG de turno para que se lo haga llegar a los
pobres.
Y con este gesto,
alguna llamada a los programas solidarios de las Tv, conseguidores de audiencias
y participando en una “cena del hambre” o desfile de moda solidario en algún enclave
de lujo ya has cubierto tu cuota de solidaridad.
¡Para cuando una ONG que nos espere a las puertas de los supermercados
para increparnos y nos pida más que las
sobras, gestos solidarios de compartir no las sobras sino las diferencias!
La solidaridad no es donar
las sobras para los que tienen menos. La solidaridad es implicarse en las
tareas que eviten las diferencias.
La pobreza no es un accidente,
es la consecuencia de la injusticia que permite que tú y yo tengamos mucho más
que los otros.
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29 Noviembre 2013