Abril

5 jul 2013

LA CARMELI HUELE A AGUARDIENTE


LA CARMELI HUELE A AGUARDIENTE

Habían pasado pocos  días que la abuela faltaba. 

La Carmeli y su niña de tres años estaban estrenando las consecuencias de su perdida.

Los gastos del entierro y algunos caprichos de última hora de la abuela las había dejado sin un euro.
Ya eran varios días de macarrones cocidos con agua y sal, y las noches leche con galletas de la Cruz-Roja.
Sin más remedio no podía faltar a su único trabajo de la semana. Limpiar la Mercería de la esquina. Por dos horas de fregoteos conseguiría 15 € para mejorar la cena de esa noche.

La niña no podía dejarla con la abuela, ya no estaba.

La botella de aguardiente todavía estaba donde la abuela la guardaba. 

De siempre le había dicho que lo mejor para la regla era un trago de aguardiente.
Carmeli nunca había hecho caso a la abuela, no le gustaba el aguardiente. En esta ocasión los dolores apremiaban y por respeto al recuerdo de la difunta le dio un sorbito directo de la botella.

En el portal  junto a la Mercería sitúa a la niña, la sienta en el suelo, le promete que cada ratito vendrá a verla y con dos besos la deja con su muñeca preferida y una pequeña pelotita para que la rebote sobre los azulejos del portal y se entretenga.

El autobús solía ser puntual a su paso por la calle. Y este día también lo fue. Con una precisión milimétrica los dos coincidieron. La niña tras su pelotita y la enorme rueda del Autobús

Alguien grito, Carmeli se asomo sobresaltada de la Merceria. La rueda estaba sobre el cuerpo de su niña.
Del estomago le subió un nudo hasta la garganta que la ahogaba y el flujo de la regla afloro entre su entrepierna.

No pudo afrontarlo. Sus  piernas en vez de aflojarse se pusieron en movimiento y corrieron sin rumbo y sin saber porque. Mandaban las piernas, su cabeza no funcionaba, se negaba a reconocer lo ocurrido.

Fue la noticia de los Telediarios, niña abandonada por su madre es arrollada por un Autobús. Hasta alguna que otra tertulia de las tvs llenaron espacios del morbo correspondiente. Las audiencias aumentaron para satisfacción de los anunciantes.

La policía la localizo a la caída de la tarde. La Carmeli estaba reclinada sobre un banco del Parque. Los jóvenes policías no tardaron en esposarla y con la satisfacción del deber cumplido comunicaron a sus jefes que ya habían aprendido  a la fiera capaz de abandonar a una niña de tres años.

Fue un juicio rápido. Seis años le cayeron de cárcel a la Carmeli , una testigo clienta de la mercería  agravo el caso. Afirmo que la Carmeli despedía un fuerte olor a aguardiente.

Tío acelera , le apremiaba el policía a su compañero chofer del furgón policial que transportaba a la Carmeli a la Cárcel. Tenemos que dejar a esta tía en el trullo antes que entre el siguiente furgón que trae a un tal Bárcenas y esto se pondrá a tope de paparachis y no me lo quiero perder.

Paco Castillo, verano del 2013

2 comentarios:

  1. Felicidades Paco, por este pequeño y dramático articulo que me ha hecho llorar, porque estoy segura que situaciones como esta o parecidas están ocurriendo a diario, el drama de miles de familias acaban en tragedias, mientras la sociedad no se inmuta, cuantos solo ven solución a sus problemas en el suicidio,o en renunciar a sus hijos por no poderlos alimentar, dramático pero por desgracia realista.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Conchi gracias. El que este libre de culpas que tire la primera piedra. Cuantas veces,y ayudados por los medios,nos convertimos en jueces y condenamos a los de siempre que al fin y al cabo son nuestras victimas.....

    ResponderEliminar